RELATOS DE RAÚL ÁLVAREZ V.
Por: Raúl Álvarez V.
Cuando
el bosque se enceguece
las sombras empiezan a extinguirse
DONDE ESTOY.
DONDE ESTOY
y
la oscuridad inicia su reinado.
En
el acto las luciérnagas
saltan de rama en rama
y
mi corazón cambia de ritmo.
A
lo lejos, como un torbellino de hojas
se
aproximan los aullidos de los lobos.
El
silencio me hace reflexionar
y
aun no distingo si la vida o la muerte
es
lo mismo.
Nunca
supe cuando nací ni voy a saber
el
instante de la muerte.
Mientras
tanto los pájaros del bosque
están
como mi corazón en un gran sigilo.
Lentamente
se empieza a iluminar el bosque
y
emerger silenciosamente las sombras de los arboles.
En
un gran coro los pájaros emprenden el vuelo.
Curioso,
mi corazón recupera su ritmo
y
observo como los pétalos de las flores
pequeñas
gotas las cubren.
Es
el roció matinal que me recuerdan
las
lágrimas de mis hijos sobre mis hombros.
Es
la esperanza del nuevo día que se anuncia.
Por: Raúl Álvarez V.
Tres
huellas tienen el camino,
noventa y siete en mi frente
y
hoy estoy en vías
de
la ante sala de la muerte.
Me
dicen que es una linda pieza,
Con
vista al parque y un cielo blanco
sin
nubes ni pájaros: Es el cielo raso.
Tan
blanco como las ilusiones de la infancia
que
hoy no me acompañan.
La
soledad será mi compañera
y
mis sueños jugarán con mis ilusiones
sin
compasión, ya que mis manos y cuerpo
están
atados .-
Diez
mil neuronas están muertas.
Son
las motoras que trasmiten las órdenes musculares
Pero,
las de la inteligencia y memoria
todas
en su plenitud.
Tener conciencia, estar al tanto del entorno,
recordar
los antiguos amores hoy es un suplicio.
Las
huellas del camino se están extinguiendo.
Las
noventa y siete de mi frente son cien.
Las
esperanzas, proyectos y sueños se extinguieron
Solo
la muerte me podrá dar la esperanza a lo menos,
de
reencarnarme. El cielo raso ya no es blanco.
Manchas
grises auguran un mal momento-
Mis
ojos enrojecen
IRÉ RELATANDO MI ENFERMEDAD PAULATINAMENTE-
IRÉ RELATANDO MI ENFERMEDAD PAULATINAMENTE-